Por: Said
Abdunur Pedraza
La triangulación es un
método que ya era empleado en la antigüedad para medir distancias y tamaños de
objetos. Tales de Mileto usó la triangulación para medir la altura de las
pirámides de Egipto en el siglo VI a. e. c., utilizando triángulos para medir
la longitud de las sombras de las pirámides y la de su propia sombra como referencia.
Pero ya en el segundo milenio a. e. c., este método quedó registrado en un
antiguo papiro egipcio[1].
La triangulación fue
inicialmente una serie de métodos geométricos para determinar posiciones de
puntos, medidas de distancias o áreas de figuras poligonales (en especial las
irregulares)[2].
Estos métodos fueron introducidos a la Europa medieval a través de España[3]
gracias al aporte de los estudiosos musulmanes que desarrollaron el astrolabio
y la trigonometría[4], la
que dio paso al desarrollo de la triangulación geodésica, cuyos
principios siguen siendo utilizados hoy día para determinar la ubicación de un
punto utilizando GPS.
La definición de
triangulación depende del tipo de investigador que recurra a ella. Para un
topógrafo, triangular es señalar diversos puntos en un terreno considerándolos
vértices de un triángulo, para así fijar las posiciones relativas y distancias
exactas de dichos puntos en un plano. En medicina, la triangulación asegura que
los indicios derivados de análisis clínicos apuntan a una misma dirección
interpretativa, hacia la cual deben dirigirse los tratamientos. En auditorías
empresariales y en el peritaje arquitectónico, la triangulación permite
establecer el estado de salud financiera de la empresa auditada o poner precio
a un terreno o inmueble. Y en criminología, la triangulación consiste en una
serie de técnicas de contraste de testimonios y pruebas que permiten
reconstruir los hechos, clarificar las motivaciones detrás de los delitos e
imputar responsabilidades[5].
A mediados del siglo
XX se introdujo la triangulación en las ciencias sociales en el mundo
occidental, si bien las técnicas de triangulación han sido utilizadas
por los eruditos en las ciencias islámicas desde hace más de mil años, para
garantizar la autenticidad y validez de los registros históricos de la vida y
obra del profeta Mujámmad, y de la cronología de la revelación del Corán y su
contexto.
La triangulación en la
investigación fue definida por Denzin como “la combinación de dos o más
teorías, fuentes de datos, métodos de investigación, en el estudio de un
fenómeno singular”.[6] El
uso de cualquier tipo de triangulación permite visualizar un problema desde
diferentes ángulos, aumentando la validez y la consistencia de los hallazgos, y
disminuyendo la posibilidad de malos entendidos, al producir información
redundante que esclarece los significados y verifica la repetibilidad de una
observación[7].
Para verificar la
autenticidad del Corán, podemos realizar una triangulación de datos, que
básicamente consiste en la búsqueda de diferentes fuentes de datos que, si el
Corán es auténtico, deben confluir en un todo coherente. No es del ámbito de este
documento hacer un estudio completo, sino más bien, proporcionar información
suficiente para que se entienda cómo la triangulación nos sirve para demostrar
que el Corán es auténtico. Para ello tomaremos, de forma resumida, cuatro
fuentes de datos:
1.
Transmisión oral del Corán.
A diferencia de las
demás escrituras sagradas, que han estado ocultas siempre o durante buen
tiempo, conocidas solo por sacerdotes o líderes, en idiomas ajenos a los de sus
seguidores, etc.[8],
el Corán desde el inicio ha estado a disposición y en conocimiento del público.
En la cultura árabe, la transmisión oral ha sido de vital importancia desde la
antigüedad, de modo que los árabes ejercitan su memoria desde niños y han sido
capaces de transmitir su historia, genealogía y creencias de forma oral sin
fallas.
Cuando el profeta
Mujámmad (que Dios lo bendiga), que era analfabeta, comenzó a recibir la
revelación del Corán, empezó a recitarla a sus seguidores en círculos cerrados,
y luego, a toda la gente en lugares públicos. A lo largo de 23 años, el Corán
fue revelado poco a poco y el profeta iba recitando todo lo que ya había sido
revelado más las nuevas revelaciones[9].
Durante ese tiempo, la gente que lo escuchaba se aprendía de memoria partes del
Corán, y algunos se lo aprendieron todo completo[10].
El contenido del Corán nunca fue secreto, y tanto musulmanes como enemigos del
Islam escuchaban a diario su recitación cuando los musulmanes la hacían de viva
voz durante sus oraciones[11],
y cuando el Profeta la transmitía en público.
Al morir el profeta,
miles de musulmanes se sabían de memoria el Corán completo tal y como él lo
había recitado, y todos los demás se sabían de memoria al menos algunas partes
del mismo[12].
De ese modo, no una persona, ni un pequeño grupo de personas, sino toda una
generación de musulmanes transmitió de forma oral el Corán a la siguiente
generación, y así se ha continuado hasta la actualidad. Hoy en día, cientos de
miles de personas en todo el mundo recitan el Corán completo de memoria durante
el mes de Ramadán, en público, cada año. En cientos de escuelas y universidades
de decenas de países, miles de niños, jóvenes y adultos estudian a diario el
Corán para memorizarlo y recitarlo correctamente, de la forma en que era
recitado por la primera generación de musulmanes. Las personas que viajan por
países de mayoría musulmana, escuchan a diferentes recitadores pronunciando
exactamente las mismas palabras en árabe en diferentes partes del mundo. Si
estás un fin de semana en una mezquita de Egipto, a la semana siguiente en una
de Indonesia, y a la semana siguiente en una de México, en todas escuchas el
mismo texto coránico que has escuchado recitar toda tu vida en, digamos,
Pakistán, o que escuchaste alguna vez en un CD que te regaló un musulmán.
El hecho de que muchos
recitadores de hoy en día hayan aprendido el Corán de un maestro, que lo
aprendió de otro, y así sucesivamente en una cadena ininterrumpida que llega
hasta el mismísimo profeta Mujámmad, y que muchos otros recitadores hayan
aprendido el mismo Corán, palabra por palabra exacto, de otros maestros en
otras cadenas también ininterrumpidas y que también inician con la recitación
que hizo el profeta Mujámmad, es en sí mismo una triangulación de datos[13],
en la que diversas fuentes confluyen en un mismo y único mensaje, que confirma
que el Corán que se recita hoy en día es idéntico en todo sentido al que fue
recitado por el profeta Mujámmad.
2.
Transmisión escrita del Corán.
El profeta Mujámmad[14]
(que Dios lo bendiga) era iletrado, no sabía leer ni escribir. Por lo tanto, no
existe ningún manuscrito de su puño y letra. Sin embargo, desde que comenzó a
recibir la revelación del Corán, el profeta recitó lo que le era revelado y lo
que había sido revelado anteriormente, primero en círculos cerrados de sus
seguidores, y poco tiempo después, en público ante amigos y enemigos.
A medida que el
profeta recitaba el Corán, aquellos de sus seguidores que sabían leer y
escribir iban poniéndolo por escrito en diversos medios: cuero, hojas de palma
y hueso. El profeta designó también escribas que pusieran por escrito lo que
Dios le estaba revelando a través del ángel Gabriel (la paz sea con él). Uno de
esos escribas fue Uzmán (que Dios esté complacido con él), un hombre rico y
culto con una bellísima caligrafía, y quien se convertiría en el tercer califa
o dirigente de los musulmanes, tras la muerte del profeta.
Al morir el profeta
Mujámmad (que Dios lo bendiga), el Corán estaba ya registrado por escrito en su
totalidad, pero no se encontraba en forma de libro, sino que estaba en varios
manuscritos con diferentes caligrafías, y en una multitud de fragmentos. El
primer Califa o sucesor del profeta como gobernante de los musulmanes, fue Abu
Báker (que Dios esté complacido con él), quien había sido uno de los escribas
que puso por escrito el Corán en vida del profeta. Durante su gobierno, muchos
musulmanes murieron en batalla, entre ellos una buena cantidad de memorizadores
del Corán. Los líderes de los musulmanes temieron que, de continuar esa
situación, podría llegar el día en que hubiera demasiado pocos memorizadores
que pudieran garantizar la transmisión del Corán de forma íntegra y exacta. Se
decidió, en consecuencia, poner el texto coránico en forma de libro, a fin de
preservarlo. Zaid ibnu Zábit, el principal escriba del profeta, fue designado
para llevar a cabo la tarea de compilar el Corán en forma de libro[15].
Zaid había escrito el Corán bajo la estricta supervisión del profeta, y lo
había aprendido de memoria, de modo que podría haberlo escrito él mismo en
forma de libro. Pero, a fin de garantizar que la versión en libro del Corán
fuera absolutamente exacta y auténtica, recurrió a la triangulación de
investigadores, en la que se emplean múltiples investigadores que recurren
a múltiples observadores.[16] De ese modo, Zaid encabezó un comité de
compañeros del profeta, que habían escuchado y memorizado (en todo o en parte)
el Corán de labios del propio profeta. Los miembros de este comité se dedicaron
a buscar y recopilar todos los escritos dispersos que contenían texto coránico,
no limitándose únicamente a los que habían sido realizados por los escribas
oficiales del profeta. Para que un texto fuera incluido en el libro final,
debía haber sido puesto por escrito en presencia del profeta (que Dios lo
bendiga) y debía ser verificada su autenticidad con el testimonio de al menos
dos compañeros del profeta que hubieran escuchado dicho texto de boca de él
mismo[17].
El resultado final fue
estudiado y aprobado unánimemente por los escribas del profeta, memorizadores
del Corán y otros de los sajaba (compañeros del profeta). El libro
aprobado, pues, fue el resultado de un proceso de triangulación que garantizó
que nada fue añadido, suprimido ni alterado en la Palabra de Dios revelada al
profeta Mujámmad (que Dios lo bendiga). Este libro, terminado apenas 2 años
después de la muerte del profeta[18],
fue guardado celosamente, de modo que no fuera destruido ni modificado parcial
o totalmente en modo alguno. A dicho libro se le conoce como musjaf
(compendio de escritos de la revelación en un solo libro).
Doce años después de
compilado el Corán en un solo libro, el tercer califa de los musulmanes, Uzmán
(que Dios esté complacido con él), que también había sido uno de los escribas
del profeta y sabía de memoria el Corán entero, encargó al mismo Zaid ibnu Zábit
que tomara el musjaf e hiciera varias copias exactas del mismo, a fin de
distribuirlas a las diferentes provincias del ya vasto territorio islámico.
Nuevamente, Zaid empleó a algunos compañeros que habían escuchado y aprendido
el Corán de boca del profeta, para garantizar que las copias fueran todas
idénticas y no fuera alterado en una sola letra el texto coránico. El musjaf
original fue nuevamente guardado y las copias oficiales fueron distribuidas, a
fin de evitar que textos adulterados fueran presentados a los nuevos musulmanes
como si fueran el Corán real. De este modo, se estandarizó una única versión
del Corán escrito, que es conocida como el Corán uzmaní.
Entonces, el Corán fue
completamente puesto por escrito durante la vida del profeta Mujámmad (que Dios
lo bendiga), compilado en forma de libro dos años después de su muerte, y
copiado y distribuido catorce años después de muerto el profeta. De esas copias
que fueron distribuidas por el territorio islámico, se sabe que existe una,
preservada en el Museo de la Ciudad de Tashkent en Uzbekistán, Asia Central, y
autenticada por el Memory of the World Program de la UNESCO. En el Museo de
Topkapi en Estambul, y en Dar ul Kutub en Sultaniya, Egipto, existen otras
copias antiguas del Corán uzmaní, que se considera son también parte de ese
grupo de primeras copias que ordenó hacer el califa Uzmán[19],
y una reproducción de una de esas copias está en la Biblioteca de la
Universidad de Columbia en Estados Unidos.
El Instituto
Koranforschung de la Universidad de Münich, Alemania, antes de ser destruido
por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, había reunido más de 42.000
copias antiguas completas o parciales del Corán durante una triangulación
temporal de más de 50 años, cuya conclusión fue que no había variantes
entre las diferentes copias, que databan de diversas épocas de la historia
islámica[20].
Esto, sumado al hecho de que el Corán impreso hoy en día con técnicas modernas
contiene el mismo texto, letra por letra, que se encuentra en las copias
antiguas preservadas en los museos, es prueba suficiente de que el Corán no ha
sido adulterado en modo alguno en más de 1.400 años.
En conclusión, las
técnicas de triangulación de investigadores utilizadas para compilar el
Corán en un solo libro, y luego para copiar el Corán y distribuirlo; la triangulación
de datos y la triangulación temporal que han llevado a cabo varios
estudiosos en la historia para comparar el texto del Corán publicado en diferentes
épocas, y la comparación directa del Corán actual con los manuscritos más
antiguos existentes, haciendo triangulación de datos entre dichos
manuscritos, son prueba suficiente de que el Corán, tal y como es leído y
recitado en árabe por los musulmanes de todo el mundo, es auténtico: es palabra
por palabra idéntico al que recitaba el profeta Mujámmad en vida. Sin embargo,
aún hay más evidencias de ello.
3.
Registro de la vida y obra del profeta Mujámmad
(que Dios lo bendiga).
Como se explicó con
respecto a la transmisión oral del Corán, el pueblo árabe ha sido cultor de la
memoria desde la antigüedad, y en tiempos del profeta era muy común que la
gente se aprendiera rápida y fácilmente una poesía con solo escucharla una vez.
Igualmente, existían personas que sabían de memoria la genealogía de sus
caballos y de sus camellos. Debido a que los árabes estaban divididos en
tribus, y la pertenencia a la tribu era lo más importante para ellos antes de la
llegada del Islam, conservar un registro exacto de la genealogía de cada
persona era algo fundamental para sus vidas, y no faltaban expertos en esa
área.
De modo que, al
iniciarse la profecía de Mujámmad, resultó natural para sus seguidores
memorizar sus actos y dichos, llevando un registro de la vida y obra del
profeta para poder seguir su ejemplo. Estas memorias también comenzaron a ser
puestas por escrito en vida del profeta, y pocos años después de su muerte se
completaron grandes compilaciones de dichas memorias, en lo que se conoce como
el Jadiz.
La suna es el
ejemplo de vida que nos dio el profeta (que Dios lo bendiga), y el jadiz
es el registro escrito de la suna[21].
Los musulmanes procuramos seguir el ejemplo del profeta, pues él siempre vivió
de acuerdo a las normas de Dios y, por lo tanto, imitarlo a él nos garantiza
acercarnos a Dios. Mujámmad, al igual que Noé, Abraham, Moisés, Jesús y todos
los demás profetas (la paz sea con todos ellos), nos mostró cuál es el camino
recto (la forma de vida correcta) que debemos seguir. El camino de los profetas
es la verdad, y solo del profeta Mujámmad tenemos un registro completo,
detallado y minucioso de todo lo que dijo e hizo en vida.
El jadiz fue recogido
en diferentes épocas por diferentes eruditos musulmanes, y revisado una y otra
vez a lo largo del tiempo por otros eruditos que corroboraron su veracidad. De
este modo, cada dicho y hecho registrado del profeta (que Dios lo bendiga) ha
sido verificado y clasificado de acuerdo a diversos criterios de autenticidad y
validez. Estos procesos se han llevado a cabo con técnicas de triangulación
de datos, triangulación espacial, triangulación temporal, triangulación
de investigadores y triangulación metodológica[22].
Es decir, prácticamente todas las técnicas de triangulación han sido aplicadas
una y otra vez para garantizar la autenticidad del Jadiz. De este modo, tenemos
la garantía de que los jadices que han sido declarados auténticos a lo largo de
los últimos 1.400 años por los eruditos del Islam ortodoxo (sunismo), son
plenamente confiables y nos dicen con exactitud palabras y actos del profeta.
Ahora bien, lo que
estamos tratando de hacer es una validación de la autenticidad del Corán, ¿qué
tiene que ver el Jadiz con eso? La respuesta nos la da un jadiz auténtico recopilado
por Al Bujari, en el que se registra que a Aicha (que Dios esté complacido con
ella), la esposa del profeta Mujámmad (que Dios lo bendiga) se le preguntó:
“¿Cómo era el carácter del Mensajero de Al‑lah?” Ella respondió: “Su
carácter era el Corán.”[23]
Lo que nos dice este
jadiz, es que todo lo que hacía y decía el profeta Mujámmad estaba acorde con
el Corán. El profeta puso en práctica el Corán en todos los aspectos de su
vida. Y debido a eso, no hay conflicto alguno ni contradicción entre los
jadices auténticos y el Corán. Los jadices que han sido validados como
auténticos a lo largo de la historia islámica, fueron recopilados por diversos
eruditos del Islam en diferentes épocas, entre ellos, Al Bujari, Múslim, Ibnu
Máyah, Tirmidi, An Nasai, Abu Dawud, Málik, An Nawawi y otros. Al hacer una
triangulación de datos entre cada una de estas fuentes y el Corán, nos
encontramos con que el Jadiz y el Corán forman un conjunto coherente, lo que
confirma que el Corán no solo es auténtico, sino que es viable, pues el profeta
Mujámmad era un ser humano y vivió según las instrucciones y enseñanzas
coránicas[24].
4.
Registro de la vida y obra de los compañeros
del profeta Mujámmad (que Dios esté complacido con ellos).
El mensaje del Corán
cambió el curso de la historia, y transformó por completo el mapa geopolítico
de Asia, el Norte de África y parte de Europa, en apenas los primeros 50 años
desde el inicio de la revelación[25].
Las tres primeras generaciones de musulmanes, llamadas en conjunto los salaf,
vivieron, gobernaron y difundieron el Islam por el mundo con un apego estricto
a las normas y enseñanzas coránicas y al ejemplo del profeta Mujámmad (que Dios
lo bendiga). Transmitieron el Corán de forma oral y escrita, y transmitieron
las enseñanzas del profeta no solo de manera oral y escrita, sino con su propio
ejemplo. Muchos de ellos fueron grandes personalidades históricas, y el
registro de sus vidas, hecho por diferentes autores, nos muestra cómo vivieron
y cómo practicaron el Islam. Los musulmanes consideran que, después del Corán y
el Jadiz, el ejemplo de los salaf es una fuente importante de conocimiento
sobre cómo se aplica correctamente el Islam a la vida diaria, cómo se construye
una sociedad verdaderamente islámica, y cómo se debe preservar el mensaje del
Corán.
El estudio de las
vidas de los salaf, incluyendo a las esposas del profeta[26],
los cuatro califas rectos[27]
y los cuatro imames fundadores de las escuelas de jurisprudencia islámica[28],
se constituye en una combinación de triangulación de datos y triangulación
de investigadores, que nos confirma que las primeras generaciones de
musulmanes se esforzaron en vivir según las mismas normas y enseñanzas que los
musulmanes de hoy en día aprenden del Corán y de la suna del profeta Mujámmad,
tal y como los encontramos registrados en la actualidad.
Hasta aquí, hemos
visto qué es la triangulación y estudiamos brevemente cuatro fuentes de datos
para realizar una triangulación de datos con ellas, que nos permita
verificar la autenticidad del Corán que conocemos en la actualidad. Vimos
también que cada una de esas cuatro fuentes, a su vez, ha sido corroborada a
través de una o más técnicas de triangulación, al punto de que cada fuente, por
sí misma, es garantía suficiente de que el Corán que podemos leer hoy día en
árabe, es exactamente el mismo que le fue revelado al profeta Mujámmad (que
Dios lo bendiga), sin adulteraciones de ningún tipo.
En consecuencia, es de
esperar que, si realizamos una triangulación de datos entre esas cuatro
fuentes, el resultado sea que coinciden de manera coherente.
Como ya se dijo
anteriormente, no es del ámbito de este documento realizar el estudio
concienzudo de la autenticidad del Corán aplicando las técnicas de
triangulación, pues el espacio no lo permite. Por lo tanto, describiré
brevemente cuál es la lógica de la triangulación y cuál es su resultado. El
lector tiene la capacidad y libertad de realizar el procedimiento completo para
corroborar la veracidad de este resultado.
En resumen: Dios le
reveló el Corán al profeta Mujámmad (que Dios lo bendiga) a lo largo de 23
años, durante los cuales el profeta fue recitando en público lo que le era
revelado, y al mismo tiempo, fue aplicándolo a su vida y enseñando a sus
seguidores a vivir de esa misma manera. Al morir el profeta, los musulmanes
sabían de memoria el Corán en parte o en su totalidad, y los escribas del
profeta lo habían puesto por escrito. Al mismo tiempo, los musulmanes se preocuparon
por registrar la vida y obra del profeta, y por vivir siguiendo ese ejemplo. De
tal modo que hoy en día no solo contamos con el Corán transmitido de forma
tanto oral como escrita, sino que también contamos con un registro muy completo
de los dichos y actos del profeta y de las primeras generaciones de musulmanes,
que vivieron de acuerdo al Corán.
Al hacer la
triangulación de estas cuatro fuentes, lo que encontramos es, por un lado, que
el texto coránico que ha sido transmitido oralmente de generación en generación
en cadenas ininterrumpidas de memorizadores, es idéntico palabra por palabra al
texto que podemos leer en la versión impresa del Corán en la actualidad, que a
su vez es idéntica palabra por palabra al texto de los manuscritos coránicos antiguos
que se encuentran preservados en varios museos. Y por otro, que ese texto
coránico no entra en conflicto en modo alguno con las vidas del profeta y de
los primeros musulmanes. Es decir: las vidas de todos aquellos que se
esforzaron en vivir de acuerdo al Corán, tal y como lo conocieron de boca del
mismo profeta o de sus compañeros más cercanos, son consistentes con el texto
del Corán tal y como lo conocemos hoy en día. Eso significa que cualquiera que
hoy en día procure llevar una vida acorde a los preceptos y enseñanzas del
Corán y de la Suna tal y como se encuentran registrados en la actualidad,
llevará una vida similar a la que, según los registros, llevaron los salaf. En consecuencia,
las enseñanzas, los mandatos y las normas establecidos en el Corán y en la suna
auténtica del profeta Mujámmad, son hoy los mismos que sirvieron de guía a los
primeros musulmanes hace 14 siglos.
Es evidente que, si
alguien hubiera intentado modificar en lo más mínimo el texto coránico, tendría
que haberlo cambiado en todas las copias impresas, en las memorias de todos los
memorizadores, en todos los registros de la vida del profeta, y en los
registros de las vidas de los salaf. Una tarea por completo imposible, máxime
si tenemos en cuenta que el Islam se dispersó muy rápidamente, y en el vasto
territorio islámico, que en medio siglo ya era mayor a la extensión del Imperio
Romano en sus mejores tiempos, se distribuían copias del Corán de manera
masiva, y se vendían en gran cantidad de librerías donde podía conseguirse una
gran variedad de textos, gracias a un ejército de copistas, en su mayoría
mujeres, que producían libros en grandes cantidades, en la misma época en que
Europa vivía el oscurantismo.
El hecho de que la
transmisión oral del Corán, la transmisión escrita del Corán, la transmisión
escrita de la vida y obra del profeta en el Jadiz, la transmisión oral de la
suna del profeta entre las primeras generaciones de musulmanes, y la
transmisión escrita de las vidas de muchos de esos primeros musulmanes,
conformen un conjunto coherente, que es lo que se denomina el Islam verdadero u
ortodoxo (sunismo), es prueba contundente de que el Corán que podemos leer hoy
día en impresiones modernas del musjaf en idioma árabe, es 100% auténtico,
libre de toda corrupción o adulteración. También es prueba suficiente de que un
verdadero musulmán es aquel que vive el Islam en su cotidianidad, en la forma
en que fue conocido, entendido, enseñado y aplicado por los primeros
musulmanes, en particular por las esposas del profeta, los cuatro califas
rectos y los fundadores de las cuatro escuelas de jurisprudencia islámica (que
Dios esté complacido con todos ellos).
Si tenemos en cuenta
que el Corán contiene muchas evidencias de que no pudo ser escrito por ningún
ser humano, y que su procedencia definitivamente es divina[29],
entre otras cosas porque contiene información científica que solo fue
descubierta con la tecnología del siglo XX[30],
el hecho de que podamos corroborar su autenticidad nos asegura que el Corán es
100% Palabra de Dios sin ninguna intervención del ser humano. Y el hecho de que
una fuente que nos garantiza su autenticidad es el registro de las vidas de los
primeros musulmanes, nos asegura que el Corán es 100% viable, aplicable a la
vida de cualquier ser humano y que, por lo tanto, no es una utopía: Podemos realmente
conocer la Palabra de Dios y vivir de acuerdo a ella.
Te he revelado el Libro que contiene todas las explicaciones, el cual es
guía, misericordia y albricias para los que se someten a Dios. (Corán 16:89)
Por último, Dios mismo
nos asegura en Su Palabra que el Corán es Su Revelación y que Él la mantendrá
intacta hasta el fin de los tiempos. Por lo tanto, corroborar que el Corán es
auténtico es simplemente confirmar que Dios mantiene Su palabra:
Yo he revelado el Corán y Yo soy su custodio. (Corán 15:9)
[3] La presencia del Islam en España durante casi 800 años permitió que el
conocimiento islámico sirviera para el desarrollo del Renacimiento y la
Ilustración en Europa; véase: mensajesenlaruta.blogspot.com.co/2010/02/el-renacimiento-empieza-en-cordoba.html
[4] Muchos avances tecnológicos
que disfrutamos hoy en día, tuvieron su origen en la civilización musulmana;
véase: mensajesenlaruta.blogspot.com.co/2010/05/inventos-musulmanes-que-dieron-forma-al.html
[7] Okuda Benavides, Mayumi; Gómez-Restrepo, Carlos. Métodos en
investigación cualitativa: triangulación. Revista colombiana de
psiquiatría, vol. XXXIV, núm. 1, 2005, pp. 118-124. Bogotá.
[8] Por ejemplo, durante
siglos la Iglesia Católica Romana prohibió que la Biblia fuera traducida a
cualquier lengua que no fuera el latín (desconocida por el vulgo), y hasta el
Concilio Vaticano Segundo del siglo XX, la Iglesia prohibía a los fieles tener
una copia de la Biblia en casa.
[11] Todos los musulmanes
recitan partes del Corán, de memoria, en cada una de las cinco oraciones que
realizan cada día, y en tres de esas oraciones diarias, el Corán es recitado en
voz alta.
[16] www.monografias.com/trabajos102/como-aprender-hacer-triangulacion-investigacion/como-aprender-hacer-triangulacion-investigacion.shtml
[26] www.islamreligion.com/es/articles/226/viewall/una-breve-biografi-sobre-las-madres-de-los-creyentes-parte-1-de-2/
[29] Véase: www.islam-guide.com/es/ y también: www.islamreligion.com/es/articles/548/el-milagroso-coran-parte-10-de-11/